domingo, 2 de octubre de 2016

Mil maneras de morir: El último susurro.


El júbilo se apoderó de su cuerpo... algo había conseguido entrar en su mente. Ahora sentía que buscaban ese rincón en el que ella se había resguardado del mundo, a esperar en medio de la confusión, en el que todo lo conocido había tocado su fin y comenzaba a despertar algo nuevo a lo que se veía obligada a hacer frente... y a tientas,  intentó buscar algo que fuera familiar sobre lo que sostenerse e iniciar ese inevitable camino...

Mientras, era capaz de percibir una llamada entre susurros que evitaba que aquella intrusión la asustara.

No cabía duda. Aunque sentía una presencia agradable en su interior, no lograba ver con claridad qué es lo que la llamaba a salir a la luz... a romper esa extraña frontera que había construido entre el mundo del que era tan dependiente y su mundo en el que siempre se sintió a salvo... 

Esa extrañeza que sentía ante la confusión del momento que se le escapaba, la iba debilitando poco a poco e iba consumiendo su energía... sentía que se transformaba hacia algo más grande, pero apenas lo entendía... sabía que aquello era inevitable...

- Doctor, el momento ha llegado. La paciente ha fallecido. Hora exacta, las diez y doce de la mañana -dijo la enfermera, mientras se recomponía para la avalancha de familiares expectantes a la que tenía que hacer frente al salir de la habitación.

Texto presentado al concurso "Mil maneras de morir"
organizado por El Círculo de Escritores.

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sábado, 1 de octubre de 2016

Día Internacional de los mayores.


Hoy, 1 de octubre, es el día Internacional de las personas mayores. Este día es reconocido por la Naciones Unidas para recordar la problemática de las sociedades que envejecen, de manera que se llevan a cabo eventos especiales y celebraciones para recordarnos el rol que han desempeñado nuestros mayores en diversos ámbitos de nuestras vidas, empezando por el más pequeño e íntimo, que es el de la unidad familiar.


Potenciando el significado que nuestros mayores han tenido en generaciones más jóvenes, se trata de concienciar acerca de los límites físicos que su edad les impone, de las dificultades mentales que llegan a desarrollar involuntariamente, de los valores sociales con los que han impregnado a las generaciones venideras y cuyo futuro ha sido posible en virtud de sus esfuerzos...


¿Acaso el individuo no es capaz de desarrollar un lazo de unión con el pasado cuyo símbolo más importante son nuestros mayores?

Nuestra concienciación sobre su situación nos debería hacer desarrollar estrategias que puedan vertebrar formas de actuar que los ampare en aquellos aspectos que se vuelven disfuncionales en ellos por la edad, si bien es cierto que no todo son pensiones que pueden fluctuar a tenor de políticas estatales cuyos objetivos no las prioricen, una paga decente, que además pueda cubrir una salud que se deteriora, les puede aliviar la carga de los años que les quedan, pero el mayor peso debería estar en el desarrollo de la afectividad, que necesitan tanto como el aire que respiran. 


Su propensión a sentirse solos, desamparados y muchas veces desubicados de lo que ellos consideran sus hogares, deberían ser premisas para trabajar acerca de una rutina diaria y constante que concilie su edad y esa frustración que desarrollan y reencontrar los lazos familiares que parece que la vejez los ha transformado y los ha sentenciado al olvido por aquellos que vienen por detrás de ellos, pero sobre todo, hay una asignatura pendiente: quererlos y cuidarlos deberían ser sinónimos de su bienestar y del indisoluble lazo familiar.

¿Cuántos son olvidados al destierro de la soledad por las familias que han creado? ¿Cuántos son olvidados en residencias que lavan la conciencia de quienes les dejaron? ¿Cuántos son olvidados como una carga a la que no están dispuestos ni a valorar su compañía?... Si reducimos su presencia a lo mínimo porque ya no los consideramos "útiles"... ¿qué podemos esperar cuando nos toque?... 


Y mientras, sus ojos no nos engañan... nos miran insinuantes dejándonos saber que algún día nosotros ocuparemos el trono de la vejez y recogeremos la misma siembra con la que ahora les pagamos sus años. El tiempo les dará la razón y aquellos que no trabajaron la afectividad que tuvieron que desarrollar en su momento, cuando llegue el nuestro, tendremos menos de lo que nosotros les dimos a ellos, a nuestros mayores. Sí, menos aún si cabe, pues no habremos enseñado nada a los que vienen detrás nuestro. No habremos sido un ejemplo. Y sin valores, sin lazos familiares fuertes construidos, la vejez se presenta totalmente árida para quienes no la cultivaron.


#díainternacionaldelosmayores #terceraedad #vejez #ancianos

¡MUCHAS GRACIAS!

¡MUCHAS GRACIAS!
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