Se iba hacer de nuevo. No era la primera vez… Se habían
reunido de nuevo y planeaban un nuevo comienzo tras el último final que tuvo el
universo al contraerse. Comenzaba el debate de los incansables,
que luchaban por seguir existiendo en una renovada y constante evolución y los
que, hartos de un continuo ciclo repetitivo, pedían por un descanso eterno.
Y así hablaron:
- Uniremos todas esas almas
esparcidas por el universo y las renovaremos en distintos mundos para los
cuales cada una recibirá un elemento que se adapte mejor al entorno y
volveremos a una tierra sin vida donde absorberemos su esencia y
desparramaremos en ese mundo nuestro sueño. Así, quedará atada el alma a cada mundo en un intento de olvidar las
sombras del pasado. La esencia de las cosas quedará grabada en todo, de forma
que ninguna exista sin la otra y quedará cubierta toda su superficie de un
manto de flora y fauna que permita recordar a las almas que no están solas…
- Pero la eternidad cubre
un tiempo maldito, cuyo ánimo no mengua ni al final de los tiempos. Desesperanza
es lo que habita en ese halo de anhelo por encubrir las ilusiones que la
mente humana creó hace ya tanto... y no veremos un mañana, ni un futuro cierto.
Quizá haya que comenzarlo todo de nuevo… y volveremos a esa continua eventualidad
de aciagos momentos que se entrecruzarán para volver a nacer el mismo día en el
que nuestras formas adoptadas mueran y entre tanto, todo se cubrirá de
oscuridad mientras cobramos la forma idónea para adaptarnos al mundo en el que
apareceremos vivos... quizá, perdiendo una parte de lo que somos, y nuestra
sombra será etérea y tan fugaz como inestable... el mundo no será
mundo... será un almacén lleno de datos corrompidos que habrá que resetear
cuando alcancen su madurez... y así seguirá siendo hasta el fin de los
días conocidos...
Nuestra maldición será revivirlo una y otra vez,
hasta que nuestras almas se desgasten y fluyan como polvo cósmico en un intento
de retornar al pasado donde nunca debieron de ser liberadas de su esencia.
Hasta entonces no conocerán descanso...
Y en el proceso de formación, nuestro mundo irá
cayendo en la oscuridad y en tinieblas, que no nos permitirán caminar libres
mientras tengamos forma efímera, pereciendo hasta que encontremos la libertad
del alma, momento en el que abandonaremos su carne y tras lo cual, aunque
miremos atrás, no reconoceremos lo que una vez vivimos.
- Quizá en esta ocasión
la evolución alcance su máxima y las almas alcancen su plenitud, completándose
el largo ciclo que venimos reviviendo desde hace tanto… quizá… eso debería
bastar para intentarlo de nuevo. La espiritualidad del alma se hará mortal y
por fin hallará la paz y el descanso eterno.
- Así será pues.
Fragmentaremos el tiempo, y repartiremos lo que somos en los mundos. Sólo el
que evolucione su ciclo completo encontrará el camino de regreso a lo que
somos: las últimas voces de las conciencias del universo, que dormirán al fin y
las almas que no lo consigan se renovarán de nuevo.
Y se hizo una gran bola de luz, cegándolo todo a
su paso. Se borró la memoria y la cuenta empezó desde cero. El mundo cobró
forma a escala humana y el estar vivo se hizo milagro.