Lloráis la tierra porque nacisteis en ella y
miedo os da mirar la luz del sol, no vaya a ser que en un descuido vuestra
esencia se os escape y fluya rápida con el viento en la misma
dirección...
Vais bailando en silencio el sonido del tiempo,
que embauca y adormece con un ritmo siseante y que cobijando en su seno el
matiz quejoso, os afiláis para que quienes osen molestaros se queden
prendados de vosotras...
Y en un abrir y cerrar de ojos os escucho
lamentaros de lo seca que es la tierra que cobija vuestro hogar... os escucho
lamentaros con un suave cántico que engalana el viento y vierte su semilla esparciéndose
como soles... os escucho lamentaros que vuestra comunidad es de espigas y no de
flores...
Os escucho, y mientras lo hago, os veo bailando a
un ritmo que me enternece.
Al final, en vuestro baile, enmascarais el reflejo de la luz de ese sol que os da miedo mirar y que sin embargo, es a quien, con vuestros movimientos, cantais...